Julian Lennon nació el 8 de abril de 1963. Su padre lo vio por
primera vez a los tres días. El 28 de ese mes, estresado por las interminables
giras, John Lennon y el manager de
los Beatles, Brian Epstein, emprendieron un viaje de varios días a Torremolinos,
que hizo y sigue haciendo correr ríos de tinta. Así que podemos decir que la
relación paternofilial, por culpa del padre, no empezaba con buen pie.
Pues bien, este chico, un hombre
de 50 años hoy, tiene en su haber ser el “promotor o causante” de algunas de
las joyas que su padre y sus compañeros de banda crearon en los 60.
En 1967 su padre compuso una de
las canciones más hermosas jamás escritas (Elton
John dixit): Lucy in the sky with
diamonds. Que si escrita bajo los efectos de un viaje de ácido, que si las
iniciales del título, que si claves ocultas… En realidad, todo fue más sencillo. Un día, el chico
llegó a casa con un dibujo y el padre le preguntó: “¿Quién es?” La respuesta fue: “Lucy
(una compañera de clase) en el cielo con
diamantes”.
Al año siguiente, sus padres se
separaron. Paul McCartney hizo una
visita a Cyn, la primera mujer de
Lennon y madre de Julian, para animarla. De aquel encuentro surgió una melodía
en la incansable cabeza de Paul. A las semanas ya estaba acabada la que, en
palabras del crítico musical Joaquín
Luqui, es la mejor canción pop de la historia: Hey Jude (Hey Jules, en
un principio).
Ese mismo año, su padre,
seguramente con la conciencia algo intranquila por el trato que le estaba dando
a su hijo, le escribió una nana, Good
night. Aunque la composición es suya, dejó que la voz la pusiera Ringo.
Muchos años después, en su último
álbum, Double fantasy, apareció
otra preciosa nana, Beautiful boy
(Darling boy) dedicada a su hijo Sean,
nacido de su relación con Yoko. Pues
bien, unos versos de esa canción (Everyday,
in everyway is getting better and better) estaban escritos para Julian.
Esto se puede acreditar por una postal que escribió a Julian dos años antes de
sacar el disco a la luz.
En fin, para haber sido una
relación tan difícil, no está nada mal, que el chico haya “motivado” este
puñado de buenas canciones; en algún caso concreto, podríamos hablar de obra
maestra.
La última que citas es, para mí, la canción paterno-filial más hermosa de la historia.
ResponderEliminarMe muero cada vez que veo cómo la canta Richard Dreyfuss el la película "Profesor Holland" ("Mr. Holland's Opus"). De mucho y buen llorar, como toda la peli.
De acuerdo contigo. La mejor nana pop de la historia. Cada vez que la oigo, pienso en esa relación frustrada por un loco; en ese padre que dejó todo por criar al segundo hijo como no lo hizo con el primero.
EliminarEn cuanto a la peli, reconozco no haberla visto. Pero como decía Juncal: "Tomo nota".
Parece ser que había detrás de John Lennon mucho más como persona de lo que hasta él mismo quería reconocer en cuanto a los grandes y buenos sentimientos que tenía por los demás, y sobre todo en relación a sus hijos. Se puede ser un genio como compositor pero letras así solo surgen de muy dentro.
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