Según el DRAE, la palabra “onanismo”
es sinónimo de masturbación. De hecho, el diccionario de la docta casa, cuando
buscas “onanismo”, te remite a la entrada de “masturbación”.
Se habla también del pecado de
Onán, del vicio de Onán. Sin embargo, si uno lee atentamente el pasaje de la Biblia
donde aparece este personaje (Génesis 38, 9), descubrirá que lo que desde
tiempo inmemorial se ha asociado al vicio solitario, no es más que el “coitus
interruptus” o, más vulgarmente, “marcha atrás”.
Según la ley hebraica de la
época, si un hombre moría, su hermano estaba obligado a casarse con la viuda
para darle descendencia. El hijo que naciera de esta relación sería el heredero.
Así que Onán, más ambicioso que lascivo, decidió que cada vez que yaciera con
su cuñada, derramaría el semen fuera de ella. Por supuesto, Dios, que no lleva
muy bien que se le desobedezca, lo mató.
En definitiva, que Onán debería
ser el patrón de la marcha atrás o un ejemplo de avaricia, pero en ningún caso,
el “fundador” de la masturbación.
Me he quedado ojiplático.
ResponderEliminarBueno... Es el placer sexual que se extrae de la experiencia compartida con otra persona por la razón que sea... (¡Menudos temitas, PPK!).
ResponderEliminarPor cierto, Fer, y ya que va de filología. Dile al maestro PPK "me has quedado ojiplático" y te lo ganas para siempre.
ResponderEliminarTomo nota
EliminarAlguien, no recuerdo quién, acuñó por estos lares el neologismo "nacionanismo" para referirse a la autosatisfacción con la que se recrean los nacionalistas revisando en un bucle que tiende a infinito sus propias tradiciones, costumbres, leyendas y unidad de destino. Con estos datos debería revisarse el neologismo, aunque lo de colocar el semen fuera de tiesto tampoco es mala metáfora. Con perdón.
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