¡Qué sorpresa! Horas, días antes
de que se “fallara” (es para entrecomillarlo) el premio mejor dotado de cuantos
se otorgan en España ya se hablaba de dos claros candidatos: Lorenzo Silva y Mara Torres. ¿Cómo es posible que un premio que recibe las novelas
inéditas por centenares juegue de esa manera con los ilusionados aspirantes al
premio? ¿Por qué se prestan a tal farsa gente como Rosa Regàs, Pere Gimferrer o Alberto
Blecua como antes lo hicieran Juan Marsé
o tantos otros? ¿No existen las plicas en este concurso? Yo, si fuera lector de
estas novelas, me indignaría. Como no es el caso, solamente me sonrío. Ni
siquiera me avergüenzo. Pero en lo que se refiere a la Literatura (con
mayúsculas), este premio está en las antípodas. ¡Qué comercio más bochornoso!
PD) ¿Se imaginan que este premio
existiera en 1615 y se presentara un autor que firmara como Daniel Gómez, por ejemplo, y con una novela titulada El oscuro pasado, pongamos por caso, y cuyos protagonistas
se llaman Alonso Quijano y Sancho Panza? Pues, algo así ha ocurrido en esta
última lamentable edición.
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