Biblioppk (VI). El enredo de la bolsa y la vida

Hacía tiempo que no me reía tanto leyendo un libro. Aproximadamente, 20 años.

Eduardo Mendoza es un autor que, según sus propias palabras, ya ha dado lo mejor que tenía que dar. En su obra se distinguen claramente dos corrientes novelísticas: la seria o formal (El años del diluvio o La ciudad de los prodigios) y la divertida o disparatada (El tocador de señoras o Sin noticias de Gurb). Hace tiempo que el barcelonés dejó aparcado el lado serio de la vida y en sus últimas entregas se ha dedicado a reírse de todo y de todos (incluido él mismo). Son novelas contemporáneas (utilizando el adjetivo galdosiano), casi siempre se centran en su ciudad natal y desfila una serie de personajes que gravitan en torno a un personaje protagonista que nació con El misterio de la cripta embrujada, el anónimo detective-peluquero de señoras.

En esta última entrega, Mendoza aprovecha la situación de crisis internacional para rebajar más aún, si cabe, la miseria moral de los personajes que pululan por ella. El enredo se plantea a partir de la desaparición de Rómulo el Guapo, delincuente y antiguo compañero de nuestro protagonista-narrador y todo ello mezclado con un caso de terrorismo internacional. El final de la novela, situado en el aeropuerto de Barcelona, es simplemente desternillante, con una invitada de lujo: Angela Merkel. Vuelvo a repetir: hacía tiempo que no me reía tanto; justamente, desde que leí Sin noticias de Gurb.