jueves, 17 de octubre de 2013

Etimologías inciertas (III). Breves minutos


De todos es sabido que el tiempo es oro y más en televisión, como rezaba el título de un magnífico programa del malogrado Constantino Romero. Pero entre lo valioso que es un minuto en televisión y lo hiperbólico del lenguaje publicitario, sumado al afán de todas las cadenas de figurar en lo más alto del “share” (reparto de la tarta televisiva en un momento determinado del día), hemos dado con una expresión que, a fuerza de escucharla, la hemos hecho nuestra admitiendo lo inadmisible. ¿Cuántas veces nos han dicho en televisión aquello de “volvemos en breves minutos”? Hasta la invención de la televisión, incluso bastante después, los minutos tenían 60 segundos. TODOS. No los había más cortos y más largos. Pues bien, de un tiempo a esta parte, la publicidad que nos ponen entre programa y programa dura breves minutos, es decir, minutos de 50 segundos o menos. Digo yo.

1 comentario:

  1. Nunca se sabe. Mira lo que le pasó a Charlton Heston en el planeta de los simios por volar a la velocidad de la luz. Unos meses en la nave equivalían a no se cuántos cientos de años en la Tierra. Bien. Imaginemos que el comandante Taylor sintoniza en ese momento la televisión desde su nave interestelar. Una oreja...50 minutejos, o menos...como queríamos demostrar.

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