jueves, 25 de abril de 2013

Greguerías (VIII)

En el concurso de greguerías del que ya hablábamos aquí, no solo destacó el ganador del mismo, Julio Ramírez. También hubo concursantes que crearon algunas greguerías de mucho mérito. Entre ellos, la finalista Laura Maldonado:

- La W es el reflejo de M mirándose en el agua.
- La Y es una X coja.
- La W es el acordeón de las letras.
- Las hormigas son expertas en escraches.

Además de los ya mencionados, también quiero rendir homenaje al resto de concursantes:

- Escrache: castigo de uno, consuelo de otros (Daniel Gordillo)
- Suspenso: fuga de ideas (Alicia Estirado)
- La ecología es la aspirina de la capa de ozono (Susana Picón)
- La W es la mayor cadena de colinas del abecedario (María José Cambero
- La W: la gran envidiosa de la M (Lucía Tejada)
- Escrachear es lo que se lleva ahora (Belén Lanchazo)
- ¿Corrupto significa político? (Azahara Toro)
-W: pechos del abecedario (Ana Parejo)
- La corrupción se acuesta con la ley (Manuel Corchero)
- La W es la hermana española de la M australiana (Manuel Corchero)
- La W es la pareja de V que más se quiere del abecedario (Sergio Toro)


4 comentarios:

  1. Me maravilla esa forma escueta e imaginativa de usar el lenguaje. Carezco de ella y me fascina. Enhorabuena a todos. Sobre todo a ti, por saber pulir esas piedras en bruto y encontrar lo mejor en ellas.

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    1. Te aseguro que el mérito es al 100% suyo. Yo lo único que hago es explicarles qué es el género, leerles un puñado de greguerías de su creador y...el resto es pura creatividad innata. Es más, algunos de ellos, como el ganador, ni siquiera son alumnos míos. Ya te digo, no es tanta la influencia que ejerzo sobre ellos.

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  2. Ya había leído entradas con greguerías de alumnos pero no sabía que hacíais hasta un concurso. Algunas son muy, muy buenas. Entre esto, la música y los libros que recomiendas, no hay día que entre en tu blog y no me dé rabia no haberte tenido como profesor.

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    1. Para mí son un honor estas palabras viniendo de quien vienen. Sabes que te sigo en tu blog y que, viendo cómo escribes, el que lamenta no haber sido tu profesor soy yo. ¡Qué lujazo ha tenido que ser para quien te haya tenido como alumna!

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