sábado, 9 de marzo de 2013

Obras completas (y IV). Javier Krahe


El jueves pasado, 7 de marzo, pasó por Zafra Javier Krahe. Tuvimos la suerte de pasar un divertido día con él. Los dos actos tuvieron lugar en el salón de actos del IES “Suárez de Figueroa”: uno, por la mañana, con los alumnos; otro, por la tarde, abierto al público, rozando el lleno. Estuvo como es él: divertido, ocurrente, irónico, irreverente… Nos leyó un artículo que publicó hace años en un libro sobre él, donde nos enseñaba la “cocina” de una maravillosa canción: Sábanas de seda. Qué manera incansable de buscar la palabra exacta (como predicaba Juan Ramón), de escudriñar los acentos, de retorcer la sintaxis… ¡Cuánta autoexigencia para escribir una simple canción (¡ojo!: no canción simple)! Para aquellos que ponen en duda que la canción, bien trabajada (esto excluye a muchísimos), es un género literario, tan válido como la poesía, el ensayo o la novela, entrar en el “taller” de Javier fue todo un lujo. Si mis lectores se quedaron colgados en La hoguera, Marieta o El burdo rumor, me permitiría aconsejarles que se tomen la molestia de escuchar Paréntesis, Cuerpo de Melibea o la misma Sábanas de seda (de la que Alejandro Sanz hizo en un disco homenaje al de Malasaña una versión más que digna). A partir de ahí, es posible que descubran a un nuevo Javier Krahe.
Después ya, por la noche charla, copas, risas… pero eso ya es otra canción.


SONETOS DE BIENVENIDA PARA JAVIER KRAHE
                        I
Javier, autor de catálogo ubérrimo,
con esdrújulas y parasintéticas;
letras analíticas, nada herméticas;
sarcástico cantor, juglar libérrimo.

Carpetovetónico, no xenófobo;
fanático de Brassens, autor ético;
poco músculo, más bien esquelético;
aspecto de ácrata, nada homófobo.

Con sus cómplices cantó en la Mandrágora,
cruzó el Atlántico a un país foráneo,
perdió el glúteo por un amor tórrido.

Con voz de ópera canta en el ágora
y como un Séneca mediterráneo
aguantó con ánimo juicio hórrido.
               
        II (con estrambote)
Insistente acosador de Marieta
a pesar de cierto burdo rumor,
nos cuenta las manías de Leonor,
la perversa; que es rara, mas discreta.

Ya ha escrito sus zozobras completas
y me sorprende, pues no es tan mayor.
Recorre los caminos del Señor
y a la misma vez grita: ¡Olé tus tetas!

Fue de viaje a vivir su Odisea,
no le distrajo ninguna sirena,
llegó a Canadá junto a su Melibea.

Y se consuela con su mano en pena
si Salomé no llega hasta el final.
Le queda Inés, auténtica y total

…y le encanta María Magdalena.

2 comentarios:

  1. Envida de la sana es lo que recorre ahora mismo mi cuerpo.

    Saludos desde la blanquísima Bonn.

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