domingo, 9 de diciembre de 2012

Reflexión (copiada)

The Beatles, 1962
Lady Gaga, 2012
 Leo en la revista Rockdelux (número 311) un reportaje-entrevista sobre Santi Flores Vives (conocido en el mundillo de la fotografía de conciertos en Barcelona como Flowers). Al final del mismo me encuentro con una reflexión que yo ya me había hecho muchas veces, pero creo que él la expresa con un sincretismo del que yo soy incapaz. Dice este fotógrafo: "Antes el rock era un escenario pequeño, pero con música grande; ahora es al revés: música mala y un gran escenario". No creo que haga falta añadir nada más.

8 comentarios:

  1. Decía un amigo hace muuucho tiempo: "¿Tas enterao? Pos no añado más". Pues eso.

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  2. En este mismo blog hay una entrada titulada "Ea, ya lo ha oído usted" (sacada de "Bienvenido, Mr. Marshall"), que vendría a significar lo mismo.

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  3. Ahora necesitan una gran puesta en escena sobre el escenario para dar espectáculo. Antes la música en sí, sin nada más, era el espectáculo.

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  4. Sí, para dar espectáculo. Pero yo voy a un concierto, PRINCIPALMENTE, para escuchar música (si es de calidad, mejor que mejor). Para espectáculo ya está el circo.
    Lo que yo me temo, y por ahí van la cita y mi comentario, es que algunos (muchos) utilizan el espectáculo para enmascarar su pobre apuesta musical.

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  5. A eso mismo me referia yo... quizás no me expresé bien. Queria deicr que necesitan de ese espectaculo para llamar la atención y que la gente escuche su música. Que sin ese espectaculo no serian nadie.

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  6. Y no solo pasa en el rock. Y por no hablar de los macro-festivales de dos o tres días, de los cuales (pobre de mí) aun espero alguno que merezca la pena de principio a fin.

    No sé cómo estará la escena "under" del rock, pero en lo que respecta al Hip hop y al Reggae, ahora mismo, le dan mil vueltas a los "grandes" y no solo en directos...

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  7. Estoy totalmente de acuerdo.
    No obstante, no hay que olvidar que si los grandes escenarios se llenan es porque hay gente (mucha gente) que acude en masa. Nos guste o no, los espectáculos atraen.
    La música es otra cosa.
    Siempre nos quedarán los clásicos.

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