lunes, 9 de diciembre de 2013

Fatum

Siempre me ha asombrado lo arbitrario (valga la perogrullada) de ciertas casualidades que no se le hubieran ocurrido al mejor guionista. He recopilado tres que me han parecido significativas:
La semana pasada Doriano Romboni, expiloto de motociclismo, murió arrollado por un rival en una carrera cuando cayó al suelo. Lo curioso del caso es que la carrera se celebraba en homenaje a Marco Simoncelli, muerto hace un par de años exactamente de la misma manera.
Uno de los más grandes cervantistas, muerto recientemente, Martín de Riquer, luchó en la Guerra Civil en la bando franquista, donde perdió un brazo; precisamente, el que no necesitaba. Como el alcalaíno en Lepanto.
Por último, quizás el más rocambolesco de todos, tenemos el caso de Paco Rabal. El gran actor murciano interpretó a muchos personajes a lo largo de su carrera. Curiosamente, repitió un mismo personaje tres veces: Francisco de Goya. Pues bien, cuando el actor volvía de un festival de cine en Montreal, se sintió indispuesto en el avión y tuvieron que realizar un aterrizaje de emergencia para intentar salvar su vida. El avión aterrizó en Burdeos. ¿Intuye el lector dónde murió Goya?
¿Qué tiene que ocurrir en la alineación de los astros para que hechos como los relatados aquí (y otros que no he puesto) puedan suceder?
La moraleja que se concluye de todo esto es: elige bien a tus homenajeados, por si acaso.

5 comentarios:

  1. Lo curioso de las casualidades es que no se convierten en tales hasta que alguien se percata de la carambola, así que tal vez lo que tiene que ocurrir es precisamente eso, vamos, que se crucé un PPK en la carambola, jeje.

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  2. Muy buena entrada. Es muy curioso ciertamente. Habrá que seguir tu consejo y pensar bien a quien homenajeamos. Empezaré por Atila, por si acaso...

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    1. Yo, en vez de empezar por (h)uno, renunciaré a otro. Desde ya me comprometo a no homenajear a Mariano José de Larra, por si acaso.

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  3. Guau. Y tan curioso. Enhorabuena por esta otra historia tan propia de este blog; ésta que provoca en el lector, tras el asombro, una sonrisa cómplice ;)

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  4. Ya veremos si lo de que acabaré fusilado no va en serio...

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