Con este título comienzo una serie de entradas que espero sean del gusto de los lectores y, sobre todo, que se animen a comentar.
Iremos proponiendo películas, clásicas y actuales, donde haremos un breve comentario, plantearemos escenas memorables y entresacaremos frases para el recuerdo. Espero que el lector se anime a dar su opinión sobre las escenas, las frases o cualquier aspecto que quiera resaltar de cada película propuesta. Mi idea es “repasar” las películas que comentaremos. Y si alguien no ha visto alguna y se anima, mejor que mejor. Habremos hecho un buen trabajo entre todos.
Para el primer capítulo, me he decidido por un clásico inglés de 1949,
El tercer hombre de Carol Reed. Cuenta la historia de un escritor americano de medio pelo que llega a la Viena de posguerra, ocupada a partes iguales por las potencias vencedoras, donde ha muerto un buen amigo suyo. Desde el primer momento encuentra muchísimas dificultades en sus pesquisas sobre la muerte de su amigo. Toda la ciudad es misteriosa, todo el mundo le mira con recelo, a cada paso que da se encuentra más lejos de la verdad. Y, como diría Mayra Gómez Kemp, hasta aquí puedo leer.
Los aciertos de la película son múltiples: la interpretación de Joseph Cotten y la del gigantesco, aquí más que nunca, Orson Welles; la machacona melodía de Anton Karas a la cítara; la impresionante fotografía en blanco y negro…
Si he de quedarme con alguna frase, me quedaría con la que le dice el militar a Joseph Cotten:
“Ah, usted es Holly Martins. Me encantan sus novelas porque puedo pensar en otras cosas mientras las leo”.
No recuerdo una crítica más demoledora sobre un escritor.
En cuanto a las escenas, así en plural, me podría quedar con tres: la aparición de Harry Lime, la persecución por las alcantarillas de Viena y la magnífica escena final, que a los espectadores de hoy en día les sorprende.
Anímate, desconocido lector, y comenta lo que te apetezca sobre la película. Si no la has visto, todavía estás a tiempo de ver la mejor película inglesa de todos los tiempos. Eso dicen.